
Así que aquí estoy, entre red bull y arrepentimientos, viendo como tengo un exámen el lunes próximo y con pocas esperanzas de superarlo...
Tengo miedo. Creo que así se podía describir mi situación actual. Mucho miedo. El amor propio no me deja acercarme dentro de dos semanas a un papel y ver como mi cero reposa en el folio de las notas junto a todos los aprobados de mi clase (excluyamos los no presentado y los demás suspensos).
El estrés no me deja memorizar leyes y competencias, y la inseguridad no me deja pasar página una vez aprendidas las competencias, y la memoria me traiciona unas horas después de haber pasado la página...
Quiero terminar la carrera, además los años me han hecho exigente, exigente conmigo misma y con los demás. Y qué mejor forma de demostrar mi utilidad (sobre todo a mí misma) que aprobando los cuatro exámenes que tengo en Febrero.
Sueño, sed, hambre, ganas de ir al baño, de comprar, de salir, de bailar, de limpiar, de recoger, de ordenar la habitación, de dormir, de volver a comer, de volver a beber... de todo menos de estudiar.
No sabría describir de ninguna de las maneras mi estado de ánimo. Quizás desganada es un buen adjetivo para mi actitud.
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